La gran ventaja de practicar ejercicio durante el embarazo es que la futura mamá llega mucho mejor preparada físicamente para el parto y su recuperación, luego de haber dado, a luz es mucho más rápida.
Sin embargo, hay que tener en cuenta algunos puntos para evitar sufrir lesiones o problemas y es necesario prestar atención a la intensidad y al tipo de ejercicio que se realiza.
Tips a tener en cuenta
No es conveniente que la embarazada se acalore demasiado ya que esto puede causarle hinchazón, puede sufrir aumento en su presión arterial y deshidratarse. Es importante mantener el ritmo cardíaco controlado, en lo posible mantenerlo debajo de los 145 latidos por minuto. Para esto es importante elegir un tipo de ejercicio de bajo impacto, como por ejemplo la natación. No es conveniente realizar estiramientos musculares de hombros, espalda y piernas durante un tiempo muy prolongado, se aconseja no realizar este tipo de estiramientos durante seis o siete segundos en cada postura.
Es importante mantener la presión arterial en un nivel normal, esto se logra evitando realizar ejercicios levantando grandes pesos, sobre todo con las piernas. Es posible practicar sentadillas, pero sin pesas en los tobillos. Este tipo de ejercicios puede formar parte de la rutina diaria. Es ideal, en el caso de las embarazadas, realizar ejercicios unos 30 o 45 minutos tres o cuatro veces por semana durante el segundo trimestre y reducir el tiempo durante el tercer trimestre a un tiempo aproximado de 20 o 25 minutos. No hay que olvidar realizar el calentamiento muscular antes de comenzar con la rutina y el enfriamiento al terminar de realizar ejercicios.
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