El sarampión es una infección respiratoria muy contagiosa que es provocada por un virus. Genera una erupción cutánea (exantema) que afecta a todo el cuerpo, produciendo picazón. Se da con mayor frecuencia en niños pequeños.
Si el niño contrae el sarampión, debe mantener reposo, ingerir abundante líquido e impedir que contagie la infección a otras personas. Es más contagiosa antes que aparezca la erupción cutánea y continúa mientras esté presente el exantema, además, es contagiosa por contacto con gotitas (tos, habla, estornudo, etc.) de una persona infectada.
La vacuna genera inmunidad ante el sarampión y es del tipo de enfermedad de las que se contrae sólo una vez en la vida. Generalmente, los síntomas se desarrollan entre 8 y 12 días después de la exposición al virus (período de incubación).
Los síntomas pueden ser:
- Ojos con sangre
- Fiebre, tos, irritación con la luz
- Dolor de garganta y muscular (hasta aquí se denominada fase pre-eruptiva)
- La erupción aparece 3-5 días luego de los síntomas, pueden durar hasta una semana, aproximadamente (fase eruptiva).
Debido a que es una enfermedad viral, no hay un tratamiento específico, se pueden aliviar los síntomas con paracetamol (para la fiebre), reposo, talco mentolado (para evitar la picazón), entre otros.
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