Es muy probable que cuando más sabrosos y agradables sean los alimentos diarios estos se acompañen con una desconocida sensación de ardor en el pecho la cual en la mayoría de los casos se debe a la presencia de reflujo gastroesofágico. Cuando el reflujo gastroesofágico llega a ser frecuente, de no ser tratado a tiempo, puede acarrear serios problemas de salud.
Todo comienza en las primeras etapas de la digestión. Cuando los alimentos después de ser masticados, llegan al estómago a través del esófago. Entre ambos se encuentra el esfínter esofágico que sirve como compuerta para evitar que los alimentos mezclados con el acido clorhídrico que produce el estómago regresen hacia el esófago.
Como el esófago no tiene una mucosa protectora como la del estómago, la presencia del reflujo gastroesofágico produce la sensación de ardor en las paredes internas, causando irritación no solo en el esófago sino a veces hasta de la garganta y paladar.
Medidas para reducir los síntomas
Como siempre nuestros hábitos de vida influyen en gran manera con la presencia de reflujo gastroesofágico, entre ellos la alimentación. Para reducir los síntomas del reflujo gastroesofágico usted deberá evitar consumir principalmente lo siguiente:
- Comidas muy condimentadas y grasosas.
- Alimentos ácidos (incluyendo frutas cítricas).
- Bebidas alcohólicas.
- Dulces (azúcar, gaseosa, etc.).
- Café.
- Huevos.
Por último también podemos reducir el reflujo gastroesofágico comiendo en menor proporción así sea varias veces por día, evitando comer antes de acostarse y usando ropa ligera que no apriete el abdomen. Una vez que los síntomas se reduzcan, procure evitar excesos en la alimentación.
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