Existen muchos analgésicos: antiinflamatorios no esteroides (AINEs) incluyen el ácido acetilsalicílico (aspirina), ibuprofeno, acetaminofeno (paracetamol, no es antiinflamatorio pero se lo considera un AINE), dipirona, diclofenac, entre otros. Se administran para tratar dolencias menores como cefaleas o dolores musculares, por este motivo son de venta libre.
El nivel de efectividad y de toxicidad de cada grupo de fármacos es diferente en cada persona. También varían según el momento del día en que se administren, la vía de administración o si se toman combinados con otros fármacos e, incluso, en función de la edad. Siempre los grupos de riesgo (niños, mujeres embarazadas y ancianos) tienen mayor predisposición a un efecto adverso.
Cuidados a tener en cuenta
Los efectos secundarios que se han descrito son los siguientes:
1) Gastrointestinales: erosiones en la mucosa, úlceras y hemorragia. Es más común cuando se toma aspirina, debido a que es un ácido y su absorción se produce a nivel del estómago.
2) Renales: debido al bloqueo en la síntesis de prostaglandina (característica de los AINEs para ejercer su acción) se puede provocar insuficiencia renal aguda, retención de sodio, potasio y agua (puede causar hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca, edema y necrosis papilar).
3) Hepáticos: hepatitis tóxica en mayor medida con el consumo de aspirina y paracetamol.
4) Sistema Nervioso Central: cefalea, vértigo, zumbidos en los oídos, confusión, trastorno de personalidad.
5) Hipersensibilidad: urticaria, rinitis, anafilaxia, edema laríngeo, hipotensión.
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