La causa más frecuente de intoxicación en el invierno, el monóxido de carbono producido en combustiones incompletas, y una muy importante enfermedad ocupacional, la silicosis, ambas provienen de la absorción de tóxicos por la vía aérea.
Las sustancias absorbidas por los pulmones son usualmente gases o vapores de líquidos volátiles o partículas. A menor tamaño, mayor será la toxicidad al alcanzar las zonas más profundas del árbol alveolar.
Características del epitelio pulmonar:
Afortunadamente, la capacidad de excreción de materia particulada de los pulmones es eficiente y remueve una gran parte de la carga total de polvos que entran durante el transcurso de una vida.
El material particulado se deposita en el epitelio ciliado, que cubre el tracto respiratorio superior hasta el nivel de los bronquiolos terminales. Esas partículas, ya fueran libres o fagocitadas, pueden ser eliminadas por las cilias y el mucus hasta llegar a la glotis, de donde pueden ser escupidos.
La velocidad del movimiento ciliar del moco es variable con la zona del tracto respiratorio, pero en general es un mecanismo muy eficiente de remoción. El acto de toser resulta en un rápido movimiento del mucus y partículas hacia la glotis.
La absorción de gases, vapores y aerosoles líquidos en los pulmones ocurre en general de modo rápido y completo, ya que el área del pulmón es enorme y la eficiencia para la captación sanguínea es alta debido a la proximidad al aire alveolar.
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