La piel no es demasiado permeable y es así que tenemos una barrera eficiente contra el ingreso de ciertas sustancias desde el exterior. Sin embargo, algunas pueden absorberse en suficiente cantidad como para resultar tóxicas.
Para que un tóxico ingrese de este modo deberá atravesar un gran número de capas de células de la epidermis. La primera fase de la absorción percutánea es la difusión del tóxico por la epidermis, que actúa como barrera y paso limitante del proceso. La eficiencia y velocidad de la absorción en un órgano como la piel puede variar debido a la inhomogeneidad de las diferentes capas.
Características de las diferentes capas:
Por su parte, los compuestos no polares probablemente se disuelvan en los lípidos que existen entre esos filamentos. La velocidad de difusión de tóxicos no polares está relacionada directamente con la liposolubilidad e inversamente con el peso molecular.
La segunda fase comprende el pasaje por la dermis, mucho menos compacta, hasta la entrada en los vasos capilares.
Los agentes cáusticos como ácidos, álcalis y otros dañarán esta barrera y aumentarán la permeabilidad. Varios solventes pueden facilitar la penetración a través de la piel, el tetracloruro de carbono puede absorberse por la epidermis y resultar tóxico en el hígado.
Esto podría producirse cuando el solvente remueve gran parte del componente lipídico, provocando entradas artificiales en la membrana. En el caso de solventes hidrosolubles, puede haber una sustitución del agua asociada a las proteínas de la membrana.
Dejar una contestacion